Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia


Una recopilaicón de testimonios de nuestra experiencia con mujeres y niñas

Con motivo de la celebración el 11 de febrero del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, os ofrecemos una selección de testimonios de nuestros instructores e instructoras con sus experiencias con niñas en clase y personales como mujeres que imparten una materia tecnológica:

 

«Aunque, en general, en las clases que doy no noto la diferencia de género en cuanto a las ganas por aprender más, si que es verdad que, aún teniendo constancia de que les gusta la informática, no suelo tener comentarios de niñas que explícitamente me digan que quieren ser ingenieras. El caso de Sara, una niña de los coles en los que imparto clases es diferente. Uno tiene la corazonada de que, tal como dijo un día, llegará a ser ingeniera. ¿Por qué? Porque, por supuesto, muestra mucho interés en el aula, porque para los reyes no pide «muñecas», pide robots programables, porque en su tiempo libre asiste a clases de informática y porque siempre tiene una sonrisa que me delata que llegará a ser lo que se proponga ;)»

Manuel Carrero


«Lo bueno que tiene nuestro trabajo es que el día a día está lleno de pequeñas cosas que hacen que todo parezca grande. (Luego lo cuentas y quizá no sea para tanto). Recuerdo una anécdota de una niña que a la vuelta de navidades me dijo que había faltado a la última clase porque había estado ingresada por una anemia… Ese detalle me llegó por lo que significa de malnutrición / carencias, pero cuando me dijo que había estado practicando Scratch en vacaciones me acabó de emocionar.»

Jose María Lobera


«En el colegio Sant Ildefons me contaron que había madres musulmanas que no estaban de acuerdo en que sus hijas aprendieran parte de lo que aprenden en la escuela y que en su opinión deberían aprender cosas de mujeres, como cocinar, etc… y no cosas de chicos…»

Oriol Catalán


Este testimonio está más centrado en lo que le aporta a una instructora matemática, docente de vocación y estudiante de doctorado participar en el proyecto y trabajar con colectivos especiales:

«Empecé en el proyecto Gen10s en octubre de 2015, llevo ya mas de año y medio metida en esta maravillosa aventura educativa que en un principio era nueva para mí pero que me ha aportado mucho.
Nuestro trabajo, en la provincia de Sevilla se desarrolla en barrios complicados, el nivel socio-cultural es bajo y la mayoría de los alumnos y alumnas tienen problemas familiares. De lo vivido en Jóvenes Inventores puedo destacar el impacto educativo que está teniendo el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, a nivel personal y profesional lo que más me ha sorprendido es el trabajo del control de las emociones. No me había parado a pensarlo nunca pero en una charla con la tutora de uno de mis grupos me hizo reflexionar. Me comentaba que los estudiantes de aquel centro eran  especiales que todos tenían historias complicadas, conflictos familiares…. y que una de las claves para el rendimiento académico era precisamente el trabajo del control de las emociones. me sorprendió la implicación de esta profesional de la educación y los buenos resultados que estaba obteniendo con este trabajo. A raíz de aquello empecé a fijarme en como trabajaban los demás tutores y tutoras y pude comprobar que es una práctica muy común en el mundo de la docencia de hoy en día. Yo, como docente de vocación he aprendido que para rendir hay que sentirse bien, disfrutar y a partir de ahí aprender y ser feliz y disfrutar aprendiendo.

He tenido niños con dificultades de varios tipos y he podido aprender sobre TDH, Asperger… pero como conclusión puedo decir que todo se trabaja mejor desde el afecto y la implicación del docente, y esto es algo que vale oro en mi carrera profesional como educadora.

Estaré agradecida de por vida a Jóvenes Inventores y a AeA por esta oportunidad profesional que tanto me está aportando. «

Almudena Marchena

 

«El María de la O es un colegio especial. Es un poco diferente a otros colegios. Y los alumnos son bastante peculiares. En el otro cole que tengo, hay niñas musulmanas, niñas gitanas, niñas de diferentes etnias y culturas… pero en el María de la O todas las niñas son gitanas. En el otro cole las niñas te hablan de que les gusta una serie de la tele, o jugar con el móvil. En el María de la O les gusta cantar y dar palmas. Una niña de las que gustan de dar palmas y bailar y el flamenco y su cultura resulta tener problemas de aprendizaje. Esa niña no juega a videojuegos. Ni tiene pc en casa. Y viene poco a clase porque tiene un familiar enfermo. Pero esa niña se quedó alucinada con el Arkanoid. Tanto, que
desde el primer día destacó como nadie. Tanto, que se enfadaba cuando su compañero se distraía o perdía interés y no avanzaban. Tanto, que se disgustaba si tenía que faltar a clase. Y se empeñó tanto tanto en terminar su videojuego que me pidió que me quedase con ella a terminarlo porque algo le
fallaba…EN UN RECREO! Esa niña prefirió quedarse sin recreo, algo sagrado para el resto de sus compañeros, para terminar su videojuego y saber por qué no le estaba funcionando. Y no puedo evitar sentir ese «orgullo de profe» al ver a esa chiquilla tan ilusionada con su juego :)»

Beatriz Prieto Nogal


«El balance general ha sido bueno, como anécdota una niña gitana de 6º que al principio del curso me decía cuando completaba un reto que «ya era mocita y se podía pedir», hoy me dijo que estaba orgullosa de sí misma porque había conseguido completar el juego.»

Maria Teresa Domínguez García

 

«Un día recuerdo que estaba explicando la lección de lo que es un programa. Les estaba contando que eran un conjunto de instrucciones que están esperando a ser iniciadas, que Scratch es un programa para hacer otros programas ya que nosotros ponemos las instrucciones que queremos que este ejecute y que gracias a ellos el ordenador funciona, que un ordenador sin programas es un pisapapeles.

Y entonces una niña que era una crack, levantó la mano y me dijo: Joel, entonces ¿el primer programa y el primer ordenador cómo se hicieron?

Y ahora se me ocurren mil respuestas, en ese momento me quedé boquiabierto y le dije que explicarle eso nos podía llevar demasiado tiempo y ahí se quedó la cosa.

Recuerdo este ejemplo porque era la típica chica que acababa los ejercicios la primera, ampliaba con cosas suyas y a veces hasta se quedaba en el recreo»

Joel Beleña