En el Tomás Bretón ofrecían la posibilidad de entrar al aula de informática en el patio del comedor, donde se impartía ofimática. David, desde el APA, impulsó que algunos niños empezaran a aprender a programar sus propios juegos con Scratch. Al conocer nuestro proyecto, se han decidido a ir más lejos y promover su propio Laboratorio de Robótica. Allí estuvimos para contarles nuestra experiencia a los más de 50 padres asistentes y a la responsable TIC y la acogida fue buena.
Las actividades extraescolares son parte del proyecto educativo de un colegio y por ello se deciden en el Consejo Escolar. El Tomás Bretón es un ejemplo de lo que desde las asociaciones de padres se puede hacer, para que estas actividades complementen y amplíen el currículo docente siendo a la vez lúdicas.