Un año de robótica y programación en el colegio Antonio Machado.
Ha sido un año donde los alumnos han empezado a entender la robótica. ¿Qué es un robot? ¿Cómo podemos construir nuestros robots? ¿Qué hace que los robots sean robots? ¿Cómo pueden ver el mundo?
Todas estas preguntas han quedado resueltas a medida que avanzaba el curso. Hemos construido robots que ven obstáculos, robots que saben que se inclinan hacia adelante o hacia atrás. Robots que paran. Robots “feroces” que “muerden” porque ven la “comida”. Robots que duermen y despiertan. Todo ello utilizando motores y sensores programados por nosotros para que nos obedezcan y hagan lo que queramos.
Además hemos aprendido a construir nuestros robots en equipo. Hemos experimentado. Hemos pensado como mejorar nuestras creaciones y hemos aprendido a explotar nuestra creatividad. Y todo ello divirtiéndonos a cada momento.
Las clases de programación también se han basado en aprender, experimentar y divertirnos.
Lo primero de todo fue conseguir una base sobre conceptos básicos. Para ello hablamos de todo tipo de cosas aplicadas a la programación (como funciona un ordenador, qué podemos hacer, qué son las condiciones, las repeticiones, etc…).
Las clases consistieron en eso, pensar, aplicar y experimentar lo aprendido. Poco a poco conseguimos hacer programas más complejos y resolver problemas cada vez más complicados, hasta que nos decidimos a realizar juegos completos.
El primero de todos fue una postal navideña acorde con la época en la que estábamos. Esto nos dio más herramientas para programar y pudimos tener una visión más aplicada de lo que estábamos haciendo hasta la fecha.
Gracias a la base conseguida, en el segundo trimestre los alumnos pudieron dar un paso más allá y programar un juego real, el clásico Pong, aunque personalizado según sus gustos. De esta forma pudieron experimentar tanto con los conocimientos adquiridos de programación como de diseño con más libertad de un videojuego. Posteriormente pudieron cambiar el juego incluyendo elementos que no estaban presentes en el original o incluso programar un juego nuevo a su elección, fomentando su imaginación y la aplicación de sus conocimientos a algo pensado por ellos mismos.
Para finalizar el curso se realizaron varias sesiones apoyadas en el juego Minecraft. De forma lúdica tuvieron que demostrar sus conocimientos adquiridos tanto sobre programación como robótica para superar una serie de pruebas, así como diseñar sus propios escenarios y analizar los realizados por los demás grupos.
Y este ha sido nuestro año en el Antonio Machado. ¡Nos vemos el año que viene con más robótica, más programación, más creación y más diversión!